Hay un millón de historias de amor esperando a tener su momento, esperando a encontrar su lugar, o simplemente esperando a que se alguien se atreva a representarlas. Las historias de amor son una sucesión de hechos, que tienen lugar por un conjunto de acciones tomadas por el corazón, abandonando la razón, abandonando el guión que habíamos creado para nuestra vida.
Yo soy una enamorada del amor, de esas historias que te tensan la piel y te deshacen las entrañas. Soy afortunada, puedo decir que yo encontré la mía, en el momento incorrecto, en el lugar menos esperado y con la temeraria manía de arriesgarlo todo por ella, pero la encontré. Encontré una historia que me mostró el verdadero significado de la palabra hogar. Puede parecer que eso es algo que aprendes en la infancia pero, a pesar de que sí, su significado lo aprendí en preescolar, su sentido lo aprendí con él. El calor de una cama compartida y el frescor de su lado vacío cuando se levanta; el brillo de ver mi imagen reflejada en su mirada y la transparencia con la que le mostraba mi alma; el sentimiento de ver partir el pudor y ver llegar la tentación; es sentir que yo empieza por ti y que tú eres parte de mi.
Pero es más que un que un sentido, es una revelación, es una constante exposición de los defectos propios mezclado con la voluntad de querer mejorarlos; es querer cuidar mi vocabulario porque sé que no te gusta que diga tacos; es preferir estar en paz a tener la razón; es compartir el reinado, es negociar, soltar, valorar, es amar; amar tus brazos, tu pelo, tu felicidad, tu curiosidad, tus pequeños pecados, tus miedos, tus confesiones, tu ego y tu amor como si fueran los míos propios.
Es todavía más que una revelación, es una decisión. El amor no es solo tomar helado en el parque, ni comprarse ropa interior descarada, no es solo mirarnos hasta llorar de la risa, ni desear ser el aire que respiras. El amor no es necesitarte a mi lado, ni necesitar que me quieras si quiera. El amor es decidir quererte yo a ti, con toda mi alma y mi razón, con mi corazón y mis manos, y queriéndote tanto como lo hago, te ofrezco mi vida, de doy la opción de tomarla o no, te lo doy todo y te libero de mi, te beso, te doy alas y te dejo partir.
Queriéndote te ofrezco que reinemos el reino de nuestra vida juntos, te ofrezco mis mañanas ausentes y mis pocas habilidades en la cocina, te ofrezco amarte como si cada minuto fuera el primero, te ofrezco buscar en mi interior la parte más dulce y compartirla contigo, te ofrezco mi compañía, te ofrezco mis manías, te ofrezco lo que entiendo y mis momentos de estupidez, te regalo mi tiempo. Pero si la marejada que es mi vida no te fuese suficiente, te ruego, no la aceptes, por que no soportaré no verte feliz a mi lado, así que acepta las alas que te doy, úsalas y conquista tu felicidad donde quiera que esté.
Cuando amas, si te arriesgas, ganas. Pero esto solo funciona cuando amas sobre todas las cosas, cuando amas tanto que te da la risa, que no duele, que te ruboriza, que te enciende para bien y para mal, que te calma, que te acoge, que te comprende y que te hace ser la mejor versión de ti mismo; en ese caso, y solo en ese, las estrellas se alinearán, porque pase lo que pase, al final del día siempre tendrás a tu persona al lado contando la alineación de tus lunares en la espalda y eso te hará feliz porque es lo que habrás elegido. Pero si ese sentimiento no te es suficiente, es que no se trataba de tu historia de amor, bien porque ya tienes otro alguien o algo que te llene el alma o porque ya lo encontrarás más adelante. En ese caso, deberás tener la sabiduría y valor suficiente para saberlo, aceptarlo, y dejarlo ir.
El amor es agridulce, paradójico, te hace vulnerable cuando lo sientes y es devastador cuando se va, es la fe que te empuja a saltar de la cornisa sin saber donde caerás, es una rosa con sus espinas, es el medio que se cuela entre un amenazante comienzo y un doloroso final, es el tesoro enterrado que hay quienes lo buscan toda la vida y hay quienes se tropiezan con él sin verlo, es la paz, la fuerza, es alegría. Puede parecer demasiado complicado pero es así, el amor es la vida misma.
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Razones tiene el corazón que la misma Razón no conoce. JACOBI
PILOTO……CO-PILOTO
RAZON……..CO-RAZON
Precioso texto, con mucha verdad, muxuak
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