Serendipia, también te puede pasar a ti.

Serendipia: hallazgo o descubrimiento afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.

La joven Sofía Mechetner se cayó en la bolsa de los polvos del hada de la serendipia como Obélix se cayó en la marmita del druida. El galo gordito consiguió fuerza descomunal y la israelí de ascendencia rusa consiguió nada más y nada menos que ser la nueva musa de la marca francesa Dior. Serendipia en la S de suerte. Serendipia en el tatuaje de Freja Beha. Serendipity en la gran pantalla. Serendipia cuando Harry conoce a Sally. Hoy, para mi, Serendipia en King’s Cross St. Pancras, Londres.

¿Creeis en la casualidad o en el destino? ¿O en un complicado destino disfrazado de simples casualidades? Digamos que fue casualidad que Ana, Celia y yo eligiéramos ir a tomar un café a King’s Cross St. Pancras. También lo sería que el sitio al que nos dirigíamos estuviese demasiado lleno, incluso que casi un taxi londinense atropellara a Ana y que justo por ese susto, en el camino, nos fijáramos en otra cafetería al otro lado de la calle. Casualidades son como las hormigas, una aislada parece insignificante pero generalmente nunca hay solo una. Siguiendo la misma lógica, determinada por el azar, sería casualidad también que después de dudarlo más de lo normal, decidiera sentarme en aquella mesa demasiado cerca de un señor pero que tenía banco acolchado, aunque era bastante predecible, yo nunca me he resistido a una mesa con banco acolchado. Pese a que comienza a ser sospechoso tanta casualidad junta,  el hecho de que casi le rompo al señor su cargador del portátil de una inocente patada también lo debería ser, lo que uniendo una serie de insignificantes variantes me llevó a entablar conversación con ese hombre en sus cincuenta primaveras con algún que otro verano más.

La conversación afloró a raiz de mi acento solo perceptible a los oídos más exigentes, con su:

-¿De donde eres?

Y mi:

-Traigo manzanas y rosas.

Me contó que era guionista y no pude evitar evocar mis años de instituto que, aunque bañe de nostalgia la frase, no fue hace tanto. Recordé en voz alta que había querido estudiar Arte Dramático pero mi madre me dijo que para servir mesas no hacía falta estudiar una carrera, así es como terminé en Comunicación Audiovisual, lo de cómo terminé en Derecho es una historia que cuando seáis mayores os contaré. En fin, el señor al que casi le rompo el cargador del ordenador y su acento made in Belfast me hablaban, todo en orden, me contaba las películas que había hecho, que había trabajado en el Times.. De repente, me di cuenta de que  sus ojos me miraban y su boca lanzaba algo así como un blwa blwa blwa que no entendía,  a lo que yo respondía un sonriente y precario aha aha aha, a lo que él, entusiasmado, y con chiste añadido, me volvía a responder blwa blwa blwa ,y a lo que yo, más divertida si cabe, le contestaba un aún más precario aha aha aha. Yo era consciente de que este fingir que sabía de qué estábamos hablando no podía ir mucho más lejos, que ya estaba explotando demasiado mi sonrisa encantadora, así que cambié mi método y empecé a prestar atención. Fue entonces cuando me dijo blwa blwa audition, y mi cerebro reaccionó y agarró a ese clavo ardiendo que me daba una pista sobrr la conversación  ¿Audición? ¿qué? No estábamos hablando de no se qué artista y una cosa verde? Jo**r. Pero entonces dijo: You can always do an audition for the movie. Oh dios ¿Acaba de decirme que haga una audición para su película? Lo comprobé y ante mi cara de estupefacción, simplemente afirmó, como quien da la hora.

No es la serendipia de Sofía que de pisar el suelo, acabó besando el cielo, pero para mi esa oferta para una audición era como besar un vigésimo primero con vistas a Hyde Park, claro que lo de pasar la audición es otra historia aparte. Hice de protagonista en una obra teatral en el instituto pero de ahí a saber actuar, hay algo que se llama Escuela de Arte Dramático de la cual no sé si donde queda. Tengo que grabar un video interpretando algo para que mi nuevo amigo se lo envíe al productor y decida si mejor me ocupo solo de mi blog o me da una sorpresa. Ana y Celia van a ayudarme, la primera idea que me han dado es hacer un speed-date y con cada pobre diablo que me toque hablar montarme el papelón de mi vida.  Tendré 7 citas de 3 minutos,  y estaré 3 minutos en 7 vidas. ¿Creéis que saldrá adelante?  Suscríbanse para averiguarlo LUCES, CÁMARA ACCIÓN.

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