Consigue tu vida BALMAIN.

Siento que cada mañana, cuando me despierto, fuera de mi ventana una nueva ciudad va a amanecer para mi. Aunque la realidad sea que cada mañana, en una habitación que tiene un pareo de Zara como cortina,  yo despierto para esa ciudad que amanece puntual ahí afuera, y a la que me voy a tener que acostumbrar. Hablamos de Lou. Hablamos de Londres. Y Hablamos de escepticismo innato y fe sobre actuada.

Londres y su sol en desempleo. Londres y su filosofía de regar a la gente para conseguir una población tan alta. Londres y los LOOK RIGHT y LOOK LEFT que siempre olvido mirar. Es Londres la ciudad que hace un mes elegí para perfeccionar mi inglés, para aprender modales y para maravillarme con sus paradojas de sobriedad y extravagancia, Burberry y comida india, extranjeros y autóctonos, hermosos rostros serios y el melancólico orgullo de los edificios. Esta ciudad es mi Balmain. Balmain como el contraste y la compenetración entre lo elegante y lo rompedor, lo clásico y lo vanguardista, esa paradoja que nos engancha, nos enamora y nos deslumbra a todos.

No creo en el azar ni creo en la casualidad, el venir aquí fue fruto de una lógica poco trabajada y una «gran escapada» disfrazada de argumentos y fundamentos con zapatillas de velcro.  Fue un: llamemos «mejorar mi inglés» a huir a un lugar que mantenga las pocas neuronas que me quedan ya ocupadas y entusiasmadas. Con el único objetivo de que  no tengan tiempo de descubrir que perdiste tu norte, el lujo de reír y las ganas de descubrir que hay después del mar.  Dejaste tus zapatillas desteñidas, momentos que olían a vainilla y flor de cereza y ese adiós que no le supe decir a Argentina. Después de un año plantando las semillas de la vida que me haría feliz, volé de regreso a casa, dejándolo todo atrás. La cuestión es que no funcionó, no conseguí mantener mis pensamientos alejados de todos esos recuerdos que me van pisando los talones, lo que sí logré es acabar con mi reputación de mujer independiente que tanto me había costado labrar, para aparecer como un gato perezoso tirado en el piso exigiendo mimos y comida. Bien Lou, buen trabajo!

Por alguna razón la Señora Destino quería verme aquí y ahora, quiero pensar que pese a no entender el motivo debe haber uno, hasta que lo descubra, con las manzanas de mi cocina y las rosas de mi jardín debo encontrar la forma de tener una vida BALMAIN.

Anuncio publicitario